Si comparamos la literatura juvenil española de la última década del siglo XX, con la literatura juvenil del siglo XXI, nos daremos cuenta de que se ha producido una brecha, una escisión, un profundo cambio.
Durante la década de los 80 y, sobre todo, de los 90, la LIJ española estaba dominada por el realismo.Las editoriales - además de los libros de aventuras y misterio clásicos- buscaban fundamentalmente obras con contenido social, que tratara algún tema "transversal" tan de moda entre los profesores de colegios e institutos. El prototipo de escritor de éxito era Jordi Sierra y Fabra. Libros bien escritos, construidos como guiones de cine, que abordaban un tema polémico, supuestamente juvenil, y que llegaba directamente a los adolescentes.
Sin embargo, a finales de los 90, se produce un crack,una grieta, una ruptura inevitable. El punto de inflexión es, sin duda alguna, la aparición del primer libro Harry Potter, publicado en España en 1999, que orientó los gustos literarios de cientos de jóvenes hacia la magia y la fantasía.
En España podríamos también señalar otra fecha clave: en 1998 Laura Gallego, una autora entonces prácticamente desconocida, gana el premio Barco de Vapor con la obra "Finis Mundi".
Este cambio de gustos en el lector juvenil, coincide con un brusco giro en el mundo de la edición, debido a la irrupción de la tecnología y, sobre todo, de Internet. Así, por ejemplo, el mediador de la LIJ ya no va a ser solo el bibliotecario o el profesor que manda un libro en clase, sino que ese papel también lo va a desempeñar ahora"boguer@s" muy jóvenes, con cientos de seguidores, que recomiendan libros abiertamente en sus blogs, casi siempre del mismo género, como clones o fotocopias de lo que se lleva en ese
momento.
Como consecuencia de esta transformación cultural, también han surgido nuevas editoriales y revistas digitales ( Diario Tiramilla, El templo de la mil puertas, la sección Librolandia de Culturamas) como alternativa a publicaciones en papel tradicionales como la revista CLIJ o la revista Babar.
En realidad, yo creo que en la LIJ española actual existe un choque o enfrentamiento entre dos generaciones, entre los autores realistas que rondan los 50 y 60 años y los nuevos escritores de fantasía que frisan los 20 o 30 años, la llamada generación "Harry Potter".
Curiosamente, los últimos premios de LIJ en España (Edebé y Anaya, enero 2012) han ignorado a los nuevos autores. Parece ser que las editorioles apuestan por la vieja guardia.