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miércoles, 29 de enero de 2014

LA HISTORIA INTERMINABLE

Hoy, en clase de Lengua, hemos leído un pequeño fragmento de La Historia Interminable del escritor Michael Ende.
Muchos de mis alumnos, que rondan los trece o catorce años, no conocían el libro. Como mucho, les sonaba una película con el mismo nombre o una serie de dibujos animados, que habían visto de pasada.
Cuando les he dicho la fecha de publicación (1979 en alemán y 1983 en español), la obra les ha parecido muy antigua, casi del Pleistoceno. Uno de los alumnos aseguraba que en su casa había un ejemplar amarillento y con las tapas rotas, que su madre guardaba como un divino tesoro de juventud. Otro, un poco avergonzado, confesó que se lo habían traído los Reyes Magos, a través de su tío, pero que todavía no lo había leído porque le parecía un "tocho". Demasiadas páginas, aseguraba.
Solo una chica de todo el grupo se lo había leído entero hacía un par de años, y le había gustado bastante.
A pesar de no ser una novedad, creo que La Historia Interminable es una novela muy interesante y que puede dar mucho juego también en el ámbito escolar.
¿Por qué no ponerla como lectura de clase? ¿Por qué no hablar un poco más sobre ella?
Es un libro fantástico y de entretenimiento, sí, pero también lleno de reflexiones filosóficas.
Además, el tema de la Nada que devasta el mundo de la Fantasía, según mi parecer, está más presente que nunca. Basta charlar un poco con los alumnos sobre cualquier libro o tema cultural para descubrirlo.
Sí, la Nada ha llegado ya a nosotros, y nos envuelve como una espesa niebla.

domingo, 3 de octubre de 2010

LECTURAS ESCOLARES



Con agrado, recibo la noticia de que varios libros míos se están poniendo como lectura escolar en varios colegios e institutos de España.
Por ejemplo, la novela "Días de lobos", que tenéis en la imagen de la derecha, se va a leer en centros de Santander, Fuenlabrada, San Sebastián de los Reyes, Vielha, Madrid, Pozuelo de Alarcón...
A la mayoría de los lectores nunca les conoceré, ni sabré si el libro les ha gustado o no. Intento ponerles cara, pero sólo vislumbro sus rostros como ocultos por una turbia gasa.
El autor nunca sabe si su obra ha dado en la diana. Si el libro que ha escrito, ha encontrado a su verdadero lector, al que iba dirigido.
Mientras tanto, avanzo lentamente escribiendo mi nueva novela.
Llevo un solo capítulo, de unas pocas páginas.
Pero lo importante es que no me abandone el viento que me da siempre ánimo para seguir escribiendo.