A veces ocurre que lo que paraliza al escritor no es la "sequía" de ideas o la falta de imaginación. De hecho, el escritor tiene varias historias escondidas en el cajón pero no se lanza, no apuesta por ninguna.
A veces ocurre que lo que bloquea al escritor es el miedo, solo eso. El temor a volver a ser rechazado por una editorial, a otra crítica adversa en una revista, a volver a fracasar en otro concurso, en el que ha pasado desapercibido.
El autor hecha cálculos, medita sobre el esfuerzo que supone escribir un libro, y le entran ganas de abandonar, de tirar la toalla, de volver al anonimato de la vida "sin libros".
¿A quién le importa?
El escritor se siente en la cuneta, en la periferia, en los aledaños de sus sueños, casi en la marginalidad.
Entonces siente nostalgia por el valor necesario, por la ilusión de rellenar cuartillas con un lapicero. Sólo eso.
Cuando lo consigue, vuelve a sentirse en paz.
A veces ocurre que lo que bloquea al escritor es el miedo, solo eso. El temor a volver a ser rechazado por una editorial, a otra crítica adversa en una revista, a volver a fracasar en otro concurso, en el que ha pasado desapercibido.
El autor hecha cálculos, medita sobre el esfuerzo que supone escribir un libro, y le entran ganas de abandonar, de tirar la toalla, de volver al anonimato de la vida "sin libros".
¿A quién le importa?
El escritor se siente en la cuneta, en la periferia, en los aledaños de sus sueños, casi en la marginalidad.
Entonces siente nostalgia por el valor necesario, por la ilusión de rellenar cuartillas con un lapicero. Sólo eso.
Cuando lo consigue, vuelve a sentirse en paz.
Tienes razón. El escritor necesita escribir, aunque sea con un lapicero y sepa que no le van a publicar.Da igual. Es su forma de responder a la vida y a la muerte, a lo que entiende y a lo que no, a lo que ama y a lo que le disguta. Hay algún autor que haría hincapié en los segundos términos de la anterior enumeración. Juan José Millás lo expresaba así: "Escribo por la misma razón que leo: porque no me encuentro muy bien".
ResponderEliminarYo no lo podía decir mejor, César.
ResponderEliminarLa cita de Millás, muy buena y oportuna.Un saludo.MLs.
Yo añadiría a la cita "porque no me encuentro muy bien"... si no lo hago. La única libertad real es la creación, donde no hay fronteras y además, MIguel, sirve paar es mismo, superar los miedos. El temor cercena la libertad. Hay que olvidarse de las editoriales.
ResponderEliminarGracias, Julio, por tu comentario.
ResponderEliminarMe quedo con tu cita: "La única libertad es la creación".Un saludo. MLS
¡Hola, Miguel! Yo diría que el crear algo (un texto, un cuadro, un circuito electrónico, lo que sea)forma parte de nuestra naturaleza, somos lo que hacemos, o hacemos lo que hacemos porque forma parte de nosotros. La aceptación y difusión que luego tenga nuestra obra, es ya otro cantar... Pero hay que tener ánimo y seguir haciendo lo que nos gusta, ¡lo demás va llegando! Un abrazo, S.
ResponderEliminarGracias, Susana, por los ánimos.
ResponderEliminar"Crear forma parte de nuestra naturaleza", dices con acierto.
Y es cierto. En mi caso, las historias "fluyen" o "crecen" en mi cabeza, incluso cuando no escribo, cuando camino o estoy pensando.
¡Imagino que a ti te pasará lo mismo con tus dibujos e ilustraciones!
Un abrazo. MLS