Quizás el verano no es un buen tiempo para escribir, pero si para leer; sobre todo en esa hora incierta de la siesta, cuando el tiempo parece detenerse como la superficie de una laguna.
Entonces es fácil olvidar el calor, el hastío de la tarde, y entrar en otros mundos imaginarios, construidos con un material tan frágil como es el lenguaje.
Las palabras te llenan, te transportan y te transforman. Como un artista decadente, te dejas llevar por el veneno vertido en las letras.
Leer es placentero, menos doloroso que escribir.
Nadie te mira, ni te juzga. Tú eres el que se esconde tras un parapeto para ver y valorar.
Pierdes protagonismo, focos y aplausos; pero tu mente está tranquila. Únicamente ocupada en soñar lo que otros han soñado para ti.
Leer es lo que realmente te gusta.
Abrir paréntesis en el tiempo, huir de la vida.
También es necesario que haya escritores que se desvelen y saquen sus vergüenzas (escritos) al aire. Gracias a ellos y a ti, podemos leer.
ResponderEliminarLeer y escribir son como la cara y cruz de una misma moneda.
EliminarUna actividad te lleva a otra, pero no siempre se encuentran en equilibrio.
A mí en verano me cuesta mucho escribir. Imagino que será el calor o que mi mente está muy cansada después del curso.
Un abrazo. MLS
Precioso ensayo poético sobre la lectura, Miguel Luis. Con un final perfecto... y totalmente fiel a la verdad.
ResponderEliminarGracias, Artifex, me alegro de que te haya gustado.
EliminarMás que un ensayo, se trata solo de un pensamiento que comporto, como una pequeña botella que se lanza al mar sin mucho entusiasmo.
Un abrazo. MLS