El escritor sabe que cuando coloca el punto final a una de sus obras, la novela todavía no está acabada.
El jardin está sembrado y promete buenos frutos, pero todavía hay que cuidarlo y regarlo para que el trabajo realizado no se malogre y llegue a su término.
Durante este fin de semana, he puesto el "punto final" a mi último libro, cuyo manuscrito he titulado "ALMA".
Por un lado, me siento bien conmigo mismo. Acabar lo que se empieza ya es mucho (por lo menos, para mí).
Sin embargo, pronto comienzan las dudas y las incertidumbres.
Imagino que tendré que retocar muchas cosas, pulir el argumento y lijar alguna que otra frase o palabra.
Estoy en esa fase en la que el crítico (que todo escritor lleva dentro) ve fallos por todas partes y no está satisfecho.
Me gustaría estar dando saltos de alegría, pero no es así.
Creo que a todos, por lo menos a mí, nos sucede. Cuando terminas no es tan perfecto como imaginabas que acabaría tu trabajo. Es difícil plasmar en letras lo que uno tiene en la cabeza. Esa es la difícil labor del escritor.
ResponderEliminarSiempre hay un libro soñado, una imagen de lo que se quiere comunicar.
ResponderEliminarNo siempre se alcanza ala 100 por cien.
Alma, ¡qué ganas tengo de leerte!
ResponderEliminarYa queda menos... Estoy añadiendo unos capítulos. Pronto te la pasaré.
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