Una de las escenas más importantes y emotivas de mi novela juvenil "La espiral de los sueños" (Palabra, 2011) transcurre aquí, en la Torre Marsal, situada en el pueblo de Los Molinos (Madrid). Como veis en la fotografía, se trata de un precioso edificio modernista a las afueras del pueblo, en la colonia de los veraneantes, por donde antes pasaba la cañada real. Sin duda, un "rara avis" dentro de las construcciones de la sierra madrileña.
Cuando era pequeño y montaba en bicicleta por los caminos de tierra, siempre me detenía a la puerta de esta casa y la contemplaba desde fuera un buen rato ensimismado, dejando volar la imaginación.
¿Quién viviría allí dentro?
¿Qué historias y secretos ocultarían sus muros de granito?
¿Qué se vería desde ese original y curvado mirador?
El pasado domingo, gracias a la generosidad de Esther Bonifasi y de su familia, muchas de esas preguntas se contestaron por si solas.
Además, descubrí que lo mejor de una casa no son sus muros o sus suelos, sino la gente que la habita y la sostiene con su vida.
Muchas gracias por todo. Fue una visita muy entrañable para mí y para toda mi familia.
Interesante, habrá que leerse el libro si una de las escenas ocurre en la casa de mis abuelos, ya que acabo de descubrirlo.
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