Hace unos días, al pasar por la estación de Kings Cross en Londres, presencié un hecho insólito (que para muchos, simplemente, forma parte de la vida cotidiana).
Ya desde el metro se notaba el ambiente. Decenas de adolescentes ceñidos con la camiseta de Harry Potter se dirigían con ansiedad hacia el famoso andén 9 3/4, imaginado con acierto por J. K. Rowling. Ataviados con gorros y bufandas, a pesar de los 30 grados que hacía, parecían hinchas de fútbol acudiendo a una final decisiva.
Al llegar a la estación, vi gente con maletas de colores, policías con perros pendientes de la seguridad, peatones caminando deprisa hacia un destino desconocido, quioscos de prensa, puntos de información, carteles luminosos anunciando las salidas y llegadas de los trenes... Sin embargo, en uno de los laterales, había también una cola inmensa de personas, ataviadas con cámaras fotográficas y teléfonos móviles. El público era muy variado. Había niños con sus padres, parejas de novios, turistas curiosos, grupo de teenagers... Me llamó la atención la gran cantidad de personas sonrientes que rondaban los treinta años. Todos querían retratarse en el famoso andén, en la puerta hacia Hogwarts y la magia.
Mientras observaba cómo la gente alborozada se hacía sus selfies graciosos, pensé en qué fuerza poderosa los había arrastrado hasta aquí (igual que a mí).
Lo que estaban presenciando no era real. No existía, salvo en el mundo de la imaginación y de los libros. Ni siquiera el célebre andén 9 y 3/4 se encontraba en su lugar, sino que estaba reconstruido frente a una pared de ladrillos sucios en el vestíbulo.
Siempre ha sido muy fuerte la tentación de confundir realidad y fantasía. Lo irreal necesita tomar cuerpo, adquirir solidez. De la misma manera, que lo real necesita hacerse sueño y promesa. Perder su consistencia.
Aunque el andén 9 y 3/4 no exista, es el más importante de la estación de Kings Cross. Al marcharse de allí, uno siente nostalgia de un viaje que no ha realizado.
¡Ojalá pudiéramos atravesar ese muro y llegar a la fantasía!
No hay comentarios:
Publicar un comentario