viernes, 24 de junio de 2011

ALMA VIVE EN LA CERÁMICA

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No sé bien por qué comienzo esta historia, por qué hundo la cabeza en los recuerdos, cuando siempre es más fácil vivir sin problemas, mirando hacia delante, sin dejarse enredar por las engañosas aguas del pasado.

Sin embargo, algo me llama desde lejos y me convoca a escribirla…

Aunque tengo más de treinta años cumplidos y todo lo que os voy a contar pasó hace mucho tiempo, he de regresar irremediablemente allí. Tengo que contar esa historia, la de Alma y la vieja Cerámica. Algo se quedó sin cerrar, sin comprender del todo, y es hora de que me enfrente a ello.

Soy consciente de que las cosas han cambiado mucho desde entonces. Ahora soy una persona casada, con dos niños pequeños, coche utilitario y trabajo fijo. Por aquel entonces, sin embargo, no era más que un crío de quince años, bastante inexperto con las chicas, que ni siquiera había visto al mar en vacaciones. Iba a un instituto público, donde las pistas de cemento terminaban en una verja de hierro. Mis máximas aspiraciones de esa época era jugar al fútbol en la calle, acabar los deberes cuanto antes e ir al cine los domingos, a ser posible a una sala de sesión continua.

Mi padre trabajaba por la mañana en un ministerio del centro y, por las tardes, cobraba recibos a domicilio. Mi madre se encargaba de mí y de mis hermanas, a la vez que iba a asistir a algún piso de las afueras para ganar algo más de dinero. En mi casa siempre había alguien dando gritos a todas horas y la televisión estaba puesta de fondo como un molesto grillo. Era difícil estudiar y concentrarse, sobre todo cuando apretaba el calor y se acercaban los exámenes de junio. Sin embargo, yo iba pasando de curso año tras años, empujado por una inercia ciega, como si un desconocido ya hubiera recorrido esa senda.

Pero ya no quiero contaros más cosas sobre mi vida. Yo no soy el protagonista de esta historia, sino solo un personaje secundario, quizás sólo un testigo de los hechos. La verdadera protagonista es Alma, esa chica de pelo negro y suelto, que se cruzó en mi camino de forma inesperada y de la que me enamoré, por supuesto, hasta los huesos.

De ella quería hablaros despacio, sin prisa… Por eso, prefiero dejarlo para el próximo capítulo.

viernes, 17 de junio de 2011

ELOGIO DEL CERRO DEL TÍO PÍO


Al otro lado de la carretera, acababan las casas de ladrillos y comenzaba el cerro del Tío Pío. Era un territorio desolado, cubierto de maleza y de escombros, que servía de frontera entre dos mundos.
Allí jugaba al balón con mis amigos del barrio en las largas tardes de junio. Cuando el calor nos hacía sudar por las sienes y la pelota era el tiempo que rodaba nervioso, dando vueltas en círculo.
El suelo del descampado era duro y resbaladizo. Sólo los hierbajos se aferraban al terreno, transformando sus raíces en garras. Al atardecer, entre cascotes de cemento, algunas ratas nos mostraban sus lomos oscuros y escurridizos. Era más allá, donde la vieja cerámica custodiaba sus olvidados de ladrillos.
Pero había que regresar. El sol se ponía tras las montañas lejanas y había que ir rápido a la fuente. Esa fuente de chorro frío, que empapaba nuestras camisas sin marca y nuestros torsos desnudos.
El cerro se quedaba entonces solo, oscuro como el caparazón de una cucaracha.
Nadie se atrevía a cruzarlo. Era peligroso, aunque entre la maleza sólo se escuchara el canto de los grillos.




jueves, 16 de junio de 2011

AL OTRO LADO DEL ATLÁNTICO


Cuando un libro sale a la venta y comienza su andadura por las librerías y tiendas, se parece mucho a una botella lanzada al mar, que no se sabe nunca dónde va a ir a parar arrastrada por la fuerza de  las olas. Aunque el cristal del recipiente es muy frágil, el mensaje encerrado en la botella puede cruzar mares, incluso océanos... Eso es lo que le ha pasado a mi novela  "La herida del oso pardo".

Con sorpresa, descubro  por Internet que ha atravesado el Atlántico hasta llegar a México y que alguien de la Universidad Panamaricana  lo ha leído con atención y lo recomienda para los adolescentes. Sentado frente al ordenador de mi casa, en el centro de Madrid, me parece todo un prodigio.

Os dejo íntegra la reseña publicada ya hace unos meses, en marzo de 2011:


3. Sancho, Miguel Luis
La Herida Del Oso Pardo
Palabra, Madrid, 2010
Literatura, Novela juvenil de aventuras
Un chico que vive en un pueblo al pie de la Cordillera Cantábrica se encuentra accidentalmente con un gran oso pardo; poco después éste cae en una trampa y se hiere gravemente. Tanto los partidarios de la conservación de la naturaleza como los cazadores de presas vivas se lanzan en su búsqueda, en la que también participan el chico que lo avistó y una amiga suya que veranea en el pueblo. Mientras unos intentan apresarlo y otros curarlo y dejarlo en libertad, se averigua que se trata de una hembra que ha dado a luz dos crías recientemente. La obra, escrita como una breve pero intensa aventura que deja honda huella en quienes la viven, cuenta con bonitas descripciones de montes y bosques y encierra una apasionada defensa de las criaturas salvajes, sobre todo de las especies en trance de extinción. Desde el punto de vista literario son poco relevantes tanto la forma convencional de su desarrollo narrativo como los modestos aciertos estilísticos que encierra, pero resulta entretenida y su mensaje conservacionista es interesante y educativo.















lunes, 13 de junio de 2011

Hoy he pasado un buen día en la feria del libro de Madrid, firmando mis obras en el stand de la editorial Palabra (caseta 296).
Este año no tenía ningún libro nuevo para promocionar, pero sí las ediciones de mis novelas anteriores, publicadas en la colección "La Mochila de Astor" dirigidos al público infantil y juvenil.
El que ha gustado más a los lectores, con diferencia, ha sido "La herida del oso pardo". Personalmente, tengo más cariño a mi primera novela, "Donde vuelan las águilas", la que sostengo con la mano en la fotografía. Sin embargo, parece que los chicos se resisten a leer libros con protagonistas femeninos.
¿Por qué será?
Por lo demás, ha sido una oportunidad para encontrarme con la familia en sentido amplio, con buenos amigos y fieles compañeros de trabajo.
¡Qué más puedo pedir!
Hacía una calurosa mañana de verano y junio, con alegría, avanzaba radiante, rodeado de libros y de palabras.

martes, 7 de junio de 2011

EL 12 A LAS 12

El próximo domingo día 12 de junio estaré firmando en la Feria del Libro de Madrid. En concreto, estaré en la caseta de la Editorial Palabra (Caseta 296) de 12:00 h a 14:30 h.
Allí firmaré ejemplares de mi novela juvenil "Donde vuelan las águilas"( que ya va por su segunda edición), así como el resto de obras que tengo publicadas en esta editorial: "La herida del oso pardo" y "Yo soy Santiago".
Ya tengo el "boli" preparado para poneros decenas de dedicatorias y de autógrafos.
¡Os espero!... No faltéis.

domingo, 29 de mayo de 2011

EL HIJO DEL LADRÓN



“El hijo del Ladrón” de César Fernández García

EL HIJO DEL LADRÓN de  César Fernández García. Madrid, Editorial Bruño , 2010. 207 pp.,  7,50 €. A partir de 10 años.

Por Miguel Luis Sancho.
            Casi nada es lo que parece. Ni en la vida; ni, por supuesto, en El hijo del ladrón, la última novela de aventuras y misterio de César Fernández García, publicada por la editorial Bruño en su colección Alta mar.
            El libro arranca cuando el padre de Ramón, el protagonista de la historia, acaba de salir de la cárcel y tiene la oportunidad de pasar quince días de vacaciones en Tenerife con su hijo de doce años. El muchacho no lo lleva bien, no quiere convivir con su padre. En el fondo, se avergüenza de él, sobre todo cuando su progenitor es acusado de robar en el propio hotel donde se alojan.
            Tras la vista a un museo, y para demostrar su inocencia, Juan Andrés (que así se llama el padre) decide ir en busca de un valioso tesoro enterrado en la tumba de Bencomo, un personaje histórico canario del siglo XV. Por supuesto, su objetivo es entregarlo al Patrimonio Canario para dejar su honor intacto; pero su hijo, torturado por las dudas, no le cree.  A partir de ese momento, comienza una apasionante búsqueda del tesoro, repleta de pruebas y de enigmas, que sumergirá al lector en un relato de acción y aventuras que devorará con avidez hasta el final.
                La novela de César Fernández no sólo plantea la búsqueda tradicional de un tesoro exterior, sino que nos invita a buscar entre sus páginas algo más profundo. Nos plantea la necesidad de buscar también tesoros interiores, nos habla de la necesidad de buscar la verdad también a través del amor y de la convivencia con los demás, sobre todo con los seres que tenemos más cerca.  Aunque cueste, como  le ocurre a Ramón. Aunque las cosas no sean muchas veces lo que parezcan.
            Como en otras obras del autor, el libro destaca por su impecable estructura, bien pensada y calculada.  Los protagonistas, padre e hijo, están adecuadamente caracterizados y la descripción de la Isla de Tenerife es realista y magnífica. Además, la prosa fluye con agilidad y soltura, lo que facilitará mucho la lectura del libro al público al que va dirigido.
            En definitiva, nos encontramos ante otra gran novela de misterio y aventuras de César Fernández García. Leyendo la aventura de Ramón y de su padre, el lector infantil descubrirá no sólo la tumba de Bencomo, el héroe canario, sino también los verdaderos “tesoros” de la vida.