lunes, 25 de octubre de 2010

LA PERIFERIA LITERARIA

Pertenezco a esa generación de escritores que rondan los 40 años y que se hallan desgarrados entre dos mundos opuestos.
Por un lado, amamos la cultura del libro, es decir, la tradicional, la de siempre. De hecho, nos gustaría pertenecer a ella con letras en negrita. Pero, por otro, nos adaptamos como podemos al mundo digital y a las redes sociales, con tal de promocionar un poco más nuestros libros.
En este último mundo, me siento torpe, rezagado, con un pesado número 2 en la espalda.
Otros muchos escritores, sobre todo más jóvenes, me aventajan tanto en esa carrera que no sé si algún día podré alcanzarlos.
Sin embargo, a veces, pienso:  ¿qué tendrá que ver todo eso con la verdadera literatura?
Hoy en día un escritor pierde más tiempo diseñando su web o su página oficial, que en meditar la colocación de un adjetivo. (Y los adjetivos son básicos. Basta con echarles un vistazo para saber si nos encontramos ante un buen o mal escritor).
Ya no importa la obra "bien hecha" ni la obra "en marcha"...
Se dedica más tiempo a lo que prefiero llamar la periferia literaria, ese mundo cibernético y artificial, que a la litearatura propiamente dicha.
Y la escritura sólo es eso, ya lo saben, amor y dedicación a la palabra.

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