domingo, 13 de febrero de 2011

LUZAZUL

Luzazul de Carmen Fernández Villalba.
III Premio La Galera Jóvenes Lectores 2010. 448 págs.
A partir de 12 años.

Por Miguel Luis Sancho.

Luzazul es una estrella moribunda que alumbra al planeta Noveno, donde van a parar los niños defectuosos y las máquinas inservibles; pero también es un enigma, un extraño acertijo, que ninguna de las herederas de la Dinastía de la Luz ha conseguido descifrar y del que depende el futuro de toda la humanidad.

“A Luzazul su sombra dejará sin huella, si Ladivina no alumbra a la estrella”.

La protagonista de la novela es Iris, una niña “perfecta”, de larga cabellera rojiza, que ha sido catalogada como “inútil” al descubrírsele una imperdonable anomalía: es capaz de soñar. Al llegar al planeta Noveno, es acogida por el Clan de los Niños Mutantes, que viven refugiados debajo de la tierra. La llegada la niña perfecta, altera por completo las relaciones del grupo. Pei, el líder de la banda, siente debilidad por ella y el alado Kerub la apoya incondicionalmente, mientras que Bicéfalo quiere expulsarla del grupo lo antes posible y la mutante Nawja siente fuertes celos hacia la nueva.

Junto a ellos, superando múltiples pruebas y aventura, Iris irá descubriendo su verdadero destino: resolver el enigma de Luzazul, al que sólo puede acceder cuando sueña.

Con el libro Luzazul, novela ganadora del Premio La Galera Jóvenes Lectores 2010, Carmen Fernández Villalba ha conseguido una obra híbrida e imaginativa, con dos personalidades paralelas y complementarias, donde elementos típicos de los relatos científicos (naves espaciales, mutantes, androides, seres clónicos…) se mezclan con motivos propios de las narraciones míticas, cercanas a la fantasía (brujas malvadas, espejos encantados, ogros solitarios, libros mágicos…).

Sin duda, la autora posee el don de la palabra y la emplea con desmesura al servicio de los sueños y de la imaginación. El libro es un manantial de historias trepidantes, de relatos maravillosos y sorprendentes, que atraparán al lector juvenil por su fuerza e intensidad. Además, la autora no sólo pretende entretener al lector, sino que reflexiona sobre el misterio último de la naturaleza humana y aborda el conflicto existente entre Ciencia (lo racional) y la Fantasía (lo irracional), que no siempre son indistinguibles como la propia novela pretende demostrar al final.

Quizás el punto más flojo de la obra sea su forma literaria, ya que el estilo del extenso relato es bastante irregular. Aunque la autora maneja los diálogos con precisión y soltura, el excesivo uso del presente de indicativo, por ejemplo, acerca la novela a un largo guión de cine, con predominio de la acción y de lo visual.

Por último, me gustaría destacar la cuidada edición del libro y las ilustraciones de Roger Olmos, que hacen atractiva la novela ya desde la portada. Asunto siempre importante, pero mucho más cuando hablamos de literatura infantil y juvenil.

En resumen, una novela de ciencia-ficción interesante y amena, que hará soñar al lector juvenil y lo sumergirá en un mundo fantástico y futurista, donde lo verdadero se confunde de forma irremediable con lo irreal.

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