viernes, 4 de marzo de 2011

ENTREVISTA A JULIO CÉSAR ROMANO


“La lectura es la forma más fácil de aprender”

Por Miguel Luis Sancho.





Julio César Romano Blázquez es un narrador de fondo, capaz de atravesar cualquier género literario, con más de una decena de libros infantiles y juveniles a sus espaldas. Se trata, por tanto, de un escritor veterano, con oficio y callo echado, que desarrolla su carrera de forma personal e independiente, al margen de las modas más volubles del mercado.

Por la tarde, a la perezosa hora del café, nos reunimos con él en su casa para charlar sobre su última obra publicada: La cueva de los doblones (Editorial Brief). Una novela de aventuras y de misterio, de estética realista, ambientada en Mohedas de la Jara, un pequeño pueblo al pie de los Montes de Toledo.



P. ¿Por qué elegiste esa localización, en principio, tan insólita?

La respuesta es clara. De allí procedo, tanto mi padre como mi madre nacieron en este pequeño pueblo de Toledo. Los lugares que aparecen son reales y no me costó nada la descripción de estos. Cuando escribes sobre un lugar, unas gentes y unas situaciones conocidas, los detalles te salen solos y son los que dotan de personalidad a una obra. Además, pretendía simbolizar y reflejar en este lugar con nombre concreto todos aquellos pueblos similares, con menos de mil habitantes, abandonados durante el invierno y repletos de vida en verano. Recuerdo que en mi generación, muchos procedíamos de pueblos como el mío y nuestros padres habían llegado a la ciudad en busca de trabajo. Pocos había que tuvieran dos o tres generaciones de antepasados que no hubieran salido del campo. Ahora, esta forma de vida se ha perdido o desdibujado. Una parte de nuestra cultura y nuestras raíces se ha borrado. En esta pequeña novela juvenil quería dejar ese rastro de felicidad diferente a las vacaciones en urbanizaciones de montaña o de playa. Mucha gente viaja a lugares que no conoce con anterioridad o donde ni siquiera tiene familiares, o raíces.



P. El libro es una fascinante historia de enigma y de aventuras. ¿Qué has pretendido con ella?

Como en todas mis novelas, la aventura y el misterio está presente. Se trata de buscar la atención de los lectores y estos son dos ingredientes necesarios, casi imprescindibles. Aún así, ellos solos no crean una historia. Los personajes deben estar llenos de detalles, personalizados, vivos e independientes. No pueden ser como un muñeco con el que juega un niño. Cuando él quiere, lloran o ríen, o saltan. Los héroes de una buena novela deben llorar, reír o saltar por su cuenta, como un bebé que nos despierta por la noche cuando menos lo deseamos.



P. La novela transmite valores como el trabajo en equipo y la valentía ante la adversidad. ¿Crees que la LIJ debe aportar algo más que entretenimiento? ¿Lo tienes en cuenta a la hora de planificar tus libros?

Debe aportar algo más, aunque como muchos pensamos, no explícitamente, sino de forma indirecta y necesaria, ya que los personajes para ser creíbles tienen estos valores. Sin ellos, es impensable que lleven a cabo las hazañas que los esperan. Al héroe se le supone el valor, la amistad, la búsqueda del bien…Incluso los antihéroes pueden transmitir valores como el de la tenacidad o la fuerza de voluntad. Nunca desesperan en sus planes.



P. A lo largo de tu dilatada trayectoria literaria has escrito novelas de fantasía, de ciencia-ficción, realistas, históricas, policiacas… ¿En qué género te encuentras más a gusto?

En la fantasía, sin lugar a dudas, como sucede en El pozo de los mil truenos o en El gigante Ganfal y el caballero oscuro. La razón es sencilla, en este género cabe todo, siempre que se muestre de una forma creíble. Además, la imaginación juega un papel fundamental, se trata de montar un mundo completo, cerrado, sin fisuras. Esto te lleva a meterte de lleno en la novela y al punto con el que más disfruto: solucionar los problemas de la línea argumental, como si de un crucigrama se tratase cuando llegas a los distintos nudos que forman la historia. Esto me sucedió sobre todo en mi novela policiaca Cerebro y medio y en otra fantástica, El libro de Sykem.

Aún así, he escrito novelas de todo tipo. Me encanta aprender, saber qué problemas se encuentra el escritor en cada uno de los géneros. Hay que ser valiente para conocer nuevas experiencias.



P. Sé que es difícil contestar para un escritor, pero… ¿con qué libro te quedarías? ¿Cuál te parece más conseguido de todos ellos?

Te lo podría preguntar yo a ti y tampoco sabrías contestar. Es como si me dicen que elija a uno de mis hijos. Pues cada uno tiene sus características, sus virtudes y sus debilidades y nadie como un padre/escritor para saberlo. Sí te puedo decir que de todos, el que mayor aceptación ha tenido entre los que leen mis manuscritos es La cueva de los Doblones. Quizás este se parece más a mí porque por todas partes afloran mis raíces.



P. Como profesor, tienes contacto diario con los jóvenes. ¿Es cierto el tópico de que “no leen”? ¿Qué se puede hacer para inculcarles el veneno de la literatura?

Verás, hay pocos que leen mucho. Estos devoran los libros. Además, los prefieren con numerosas páginas. Otros leen y leerían más si encontraran los libros adecuados. ¿De qué depende? Del profesor y de los padres. Si en casa hay una buena biblioteca y ven que se utilizan esos ejemplares, el hijo los imitará. En fin, depende de las numerosas circunstancias, pero creo que lo más importante es el consejo y el ejemplo. Hay un libro para cada uno de nosotros.

Por lo que he visto, hay un momento en el que los alumnos abandonan la lectura, más o menos a los 12 ó 13 años. No sé muy bien la causa. ¿La competencia con video juegos, redes sociales, imágenes por todas partes? El libro debe ser el mejor complemento para toda esta cultura fácil y superficial.

Yo utilizo un lema para animar a mis alumnos: la lectura es la forma más fácil de aprender.



P. ¿Tienes previsto publicar próximamente alguna novela más?

Este año se presenta muy propicio, aunque es el resultado de muchos meses de trabajo. Saldrán con seguridad dos nuevas novelas además de La cueva de los Doblones. El primero se titula El último vuelo del ave Fénix (Editorial San Pablo), para lectores de diez años en adelante. Un joven herrero de la Edad Media se verá inmerso de lleno en una aventura de intrigas y traiciones, empujado por el último ave Fénix del mundo. Tendrá que salvar su vida, atrapado en un viejo castillo. El segundo será No escribas sobre tu muerte (Editorial Palabra). Esta novela está ambientada en Londres en pleno s. XIX, cuando unos terribles asesinatos acaban con la vida tranquila de los habitantes de la ciudad. Detrás parece estar como principal sospechoso un viejo escritor, pues las muertes se asemejan demasiados con los relatos de terror que va publicando. Sin embargo, habrá un giro espectacular cuando el escritor decide narrar su propia muerte. Desea vivir el terror para narrarlo mejor. Su cadáver será encontrado por la mañana, al lado de su pluma. Los asesinatos cesan, aunque volverán de nuevo, tras la subasta de la pluma, muchos años después. El inspector que inició las investigaciones como novato de Scotland Yard, deberá retomar sus pesquisas con un nuevo sospechoso. Este libro es para jóvenes de 12 años en adelante.

Espero que los libros que salen este año crezcan, se hagan mayores y se independicen, alcanzando la felicidad, como deseamos que haga cada uno de nuestros hijos. Creo que lo conseguirán.

www.juliocesarromano.com

4 comentarios:

  1. Muchas gracias por la entrevista. Pasamos una tarde muy agradable tomando café. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti, Julio, por regalarnos tus libros, robados al tiempo.

    ResponderEliminar
  3. Interesante entrevista, con las mismas preguntas que yo le hubiera hecho a Julio César Romano. Además, se nota que fue una charla agradable de dos que aman y viven la literatura. Escritor frente a escritor. Sensibilidad ante sensibilidad. Buen trabajo.

    ResponderEliminar
  4. De nada, César. Me alegra que te haya gustado la entrevista. También me lo pasé muy bien realizando la tuya para Culturamas. Un abrazo.

    ResponderEliminar