miércoles, 6 de febrero de 2013

LA CHICA DEL ATAÚD


En el último número de la revista CLIJ (enero- febrero 2013), la escritora Mariasún Lande reflexiona sobre la imagen de la mujer en los cuentos populares, con motivo de la adaptación cinematográfica del relato Blancanieves realizada por  el director Berger.
Para la escritora, los cuentos infantiles están fuertemente marcados por el sexismo, donde los protagonistas masculinos desempeñan un papel activo (realizan viajes iniciáticos, matan dragones con valentía, realizan pruebas extremas...), mientras que los personajes femeninos desempeñan un papel pasivo, como ocurre, por ejemplo, en  Blancanieves o en La Bella Durmiente. De ahí, que deba cuestionarse el valor de estas narraciones tradicionales en la educación moderna.
La tesis de Mariasún Landa  no es nueva. Y, en parte, no le falta razón. La distribución de los roles sociales entre hombre y mujer responden a prototipos centenarios y tradicionales, que deben ser superados.
Sin embargo, esta tesis no explicaría un hecho básico y sencillo: ¿por qué a los niños pequeños también les encanta los relatos protagonizados por "chicas" sumergidas en profundos sueños? ¿Por qué, si son heroínas pasivas, se identifican tanto con ellas? ¿Qué ven en ellas?
Este fenómeno puede explicarse porque las narraciones tradicionales operan en un nivel más hondo, más allá de un superficial análisis sociológico sobre el sexismo en la Literatura. Los cuentos infantiles se mueven dentro de un nivel mítico, es decir, literario; y su significado simbólico transmite "mensajes" esenciales para el desarrollo del niño.
Como Bruno  Bettelheim afirma al estudiar La bella Durmiente, los niños experimentan grandes cambios con la llegada de la adolescencia. En este proceso, sufren períodos de actividad para lograr un desarrollo satisfactorio; pero también periodos de calma o de ensimismamiento, donde parecen perder el tiempo o estar "dormidos".
Relatos como el de Blancanieves animan al niño a no temer los peligros de la pasividad. Son necesarios  durante el crecimiento para conocerse a sí mismo, es decir, para realizar el viaje interior. Un largo período de reposo puede conducir a grandes logros en el futuro. Esa puede ser la moraleja del cuento.
Personalmente, no creo que debe cuestionarse el papel  de los cuentos tradicionales en la educación moderna.  Yo creo que son necesarios y útiles. Todavía tienen muchas cosas que apartar a los niños de ahora, ya que su mensaje es atemporal y sobrevive a lo largo de los siglos.

1 comentario:

  1. Personalmente, no creo en estas imposiciones, más aún cuando la mayoría nos hemos educado con estos cuentos y tampoco creo que nos haya afectado. Cada cosa en su lugar y a quien no le parezcan buenos modelos (quizás tengan razón), que actúe libremente y no los utilice, pero sin prohibir, por favor.

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