miércoles, 23 de junio de 2010

El BLOG COMO GIMNASIO

Un blog puede ser un escaparate comercial, un enorme anuncio que se publica a diario, un sofisticado tenderete donde se venden palabras a cambio de píxeles; pero también un confesionario con las puertas abiertas, un infinito laberinto de libros, una tarjeta de visita para conocer a seguidores desconocidos.
Yo entiendo el blog como un gimnasio, como un recinto donde el escritor se entrena y ejercita sus músculos literarios. A mí, por ejemplo, me encantan las espalderas de las frases cortas. Allí me paso las horas muertas. Me sirven para expresarme despacio, para buscar la imagen precisa y el adjetivo exacto.

Creo en el blog inútil, sin publicidad, que se comparte como el pan en una mesa o el vino en una fiesta.

Esta humilde página, a la que no he añadido ni una triste fotografía, sólo quiere ser un ejemplo de ello.

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